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Computación cuántica: ¿la próxima gran revolución tecnológica o un sueño imposible?

La computación cuántica ha sido promocionada como la próxima gran revolución tecnológica, con el potencial de resolver problemas que actualmente son imposibles para los ordenadores clásicos. Sin embargo, algunos expertos, aunque no todos, están comenzando a cuestionar si esa revolución está realmente en el horizonte.


La computación cuántica ha sido promocionada como la próxima gran revolución tecnológica, con el potencial de resolver problemas que actualmente son imposibles para los ordenadores clásicos. Sin embargo, algunos expertos, aunque no todos, están comenzando a cuestionar si esa revolución está realmente en el horizonte.



Los escépticos de la computación cuántica están ganando terreno


En un artículo publicado recientemente en Communications of the ACM, Matthias Troyer, un miembro técnico de Microsoft que lidera la lucha por la computación cuántica de la compañía, afirma que la cantidad de aplicaciones en las que estas podrían dar una gran ventaja es más limitada de lo que algunos piensan.


Oskar Painter, jefe de hardware cuántico de Amazon Web Services, por otro lado, dice que hay una "tremenda expectación" en la industria en este momento y "puede ser difícil filtrar lo optimista de lo completamente irreal".


Este análisis es respaldado por otros expertos en el campo. Scott Aaronson, profesor de ciencias de la computación en la Universidad de Texas en Austin, cree que las aplicaciones prácticas aún están muy lejos. "Los dispositivos NISQ son muy ruidosos y propensos a errores", dice. "Para que la computación cuántica sea útil, necesitamos ordenadores cuánticos que sean mucho más fiables".


Rizando el rizo, algunos incluso creen que la tecnología nunca se convertirá en realidad. "Creo que la computación cuántica es una ilusión", dice John Casti, profesor de ciencias de la computación en la Universidad de Vermont. "Es una idea atractiva, pero no creo que sea factible".


Sin embargo, Roberto Campos, y otros tantos expertos, se posiciona en un punto más positivo pero a conocer sus limitaciones: "A corto plazo, se espera que la computación cuántica tenga un alto impacto en problemas de gran complejidad, es decir, en aquellos problemas que haya que hacer un gran número de operaciones para resolverlos".


"Por ejemplo, se pueden simular mejor las reacciones químicas que se producen dentro de la batería de un coche eléctrico y aumentar su autonomía. También se pueden simular mejor los procesos de reacción de ciertos carburantes y reducir su huella ecológica. Otro caso de uso puede ser la fabricación de fármacos", añade, ejemplificando y dejando ver el potencial de todo este complejo ecosistema


"En cuanto a los problemas de optimización e Inteligencia Artificial, la esperanza es que la computación cuántica tenga un gran impacto a medio o largo plazo, es decir, no antes de 10-15 años", comenta el experto.



¿Qué significa todo esto para las empresas que están invirtiendo en computación cuántica?


En primer lugar, es importante ser realista sobre las expectativas. La computación cuántica no es una panacea que resolverá todos los problemas del mundo. Es una herramienta poderosa que puede ser útil para algunos problemas, pero no es una solución para todo.


Por otro lado, las empresas deben estar preparadas para esperar, ya que es probable que pasen muchos años antes de que la computación cuántica esté lista para su uso generalizado. Además, deben ser flexibles. A medida que la tecnología evolucione, es probable que cambien los requisitos para las aplicaciones de computación cuántica.


"Hay que entender es que la computación cuántica todavía tiene muchas limitaciones, así que las aplicaciones que esperamos que surjan en los próximos 10-15 años, se limitarán al campo de la computación de alto rendimiento. Esto quiere decir que serán una herramienta más de los científicos para resolver problemas de gran complejidad con poco impacto en la sociedad", matiza Roberto Campos.


Las compañías que estén dispuestas a aceptar estos problemas y retos pueden estar bien posicionadas para aprovechar el potencial de la computación cuántica. Sin embargo, queda más que claro que las que esperan una revolución inmediata podrían verse decepcionadas y la sociedad e incluso la posición del país, en consecuencia. Parece que lo bueno está por llegar, pero no por ahora.


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